lunes, 22 de febrero de 2010

La Oración vence las tentaciones

En este tiempo de cuaresma, donde debemos reencontrarnos con nosotros mismos y hacer un profundo examen sobre nuestro caminar, me impresionó una meditación que hizo el sacerdote ayer en la celebración de la misa.


La Palabra de ayer trató del retiro del Señor en el desierto por 40 días, donde fue tentado tres veces.


Primero con el deseo de la carne, por el hambre.

Después con el deseo de conseguir lo deseado de modo fácil, sin esfuerzo, perdiendo con ello su dignidad.

Y por último, insitándolo a que se muestre vanamente, que haga los milagros que le pidamos porque se nos antoja.


A todo ello Jesús respondió utilizando la Palabra de Dios.

"El hombre no vive solamente de pan"
"Está escrito: Adorarás al Señor tu Dios, y a El solo rendirás culto"
"Está escrito: No tentarás al Señor tu Dios"

La fuerza del hombre para vencer las tentaciones de la vida están en la Palabra de Dios. Ella nos ilumina, nos ayuda, nos fortalece y nos purifica.


Es tiempo de analizar nuestra vida y donde están las tentaciones más difíciles de vencer.


Podemos sufrir y experimentar la necesidad insana de aferrarnos a lo material, como si fuera una salvación, la seguridad de un futuro estable, olvidándonos de que es Dios quien nos da todo y nos proteje. Ya sean alimentos, dinero, relaciones amorosas, bienestar general, comodidades, cuando se anteponen a Dios y a los hermanos, están socavando nuestra libertad y por tanto nuestra relación con Dios.

Podemos estar sirviendo y adorando a dioses como el dinero, el trabajo, el poder, es sexo, rindiéndoles pleitesia, vendiendo nuestra existencia a la nada.

Por último, muchas veces tenemos la tentación de pedirle milagros a Dios, según nuestros antojos y necesidades, pactando con El promesas para conseguir favores, como si tuviéramos la valía de decirle a El lo que tiene que hacer por nosotros.


Perdónanos Señor por tantas necedades. No nos abandones a nuestra estupidez. Ayúdanos a conocerte y amarte. A respetarte y valorarte. A servirte y adorarte.

Danos la fuerza de vencer las tentaciones que tanto te ofenden.


La oración es la fuerza vencedora que aleja las tentaciones. Jesús nos lo enseñó al apartarse a orar antes de cada gran prueba. Y en la oración, tiene gran fuerza y poder la Palabra de Dios, porque anima y da vida.

1 comentario:

  1. Las tentaciones se vences de dos maneras:
    1.-Por estoicismo
    2.-Por amor.
    En ambas está implicada la voluntad, pero en el amor el que se siente tentado busca ayuda a quién sabe le ama y se establece un diálago de amor, que lo que llamamos oración, pero hay diversos grados de oración y hay que pedir al Señor nos conceda vivir en su intimidad para no dejarnos vencer, aunque seamos tentados, ahí es donde se acrisolan las tres virtudes teologáles.
    El estoíco está enredado en la trampa de su Ego y pocas veces le durara haber superado la tentación.
    Gracias Edit por aportarnos tus experiencias y el comentario del sacerdote
    En su REFUGIO, no nos venceran
    Sor.Cecilia Codina Masachs O.P

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