lunes, 30 de noviembre de 2009

Y vos que hubieras hecho?

Es noticia en Europa. La directora de un banco les sacaba plata a los ricos y se la transfería a los pobres. La conocen como "La banquera Robin Hood". La condenaron a 22 meses de cárcel. Erika B., directora de una oficina bancaria del VR-Bank desde 1990, por que transfería dinero de las cuentas de los clientes ricos a las de los clientes pobres.

La acusada, una señora de aspecto tranquilizador y confiable que tiene 62 años, habría transferido en 117 operaciones unos 7,6 millones de euros. Los sacaba de las cuentas de los clientes más acomodados y los depositaba en las de los clientes que tenían las cuentas en números negativos, para que pudieran saldar sus deudas. Todo lo hizo entre 2003 y 2005 en la sucursal que dirigía en Bornheim, una localidad cercana a Bonn (al oeste de Alemania).

A fin de que los ricos no se dieran cuenta de sus maniobras, hacía las transferencias progresivamente. Creaba líneas de crédito para los clientes pobres a partir del dinero de los clientes ricos, pero las pérdidas de los clientes ricos eran en algunos casos tan elevadas que los directivos del banco acabaron por detectar sus operaciones, la echaron y la denunciaron.

La mujer no cumplirá su condena en prisión porque el Tribunal de Bonn que la juzgó estimó en la sentencia que la acusada actuó "por piedad" y no en busca de un enriquecimiento personal. También tuvo en cuenta que ya perdió su empleo, que reconoció su culpa y que ha intentando devolver parte del dinero que sustrajo, para lo cual incurrió en grandes deudas.

"La acusada no puso ni un céntimo en su bolsillo. Lo hizo únicamente por simpatía hacia la gente que tenía problemas económicos", dijo Thomas Ohm, su abogado.

Bornheim es una pequeña localidad, la acusada conocía personalmente a sus clientes, tenía acceso a sus cuentas y conocía sus vidas. Eso hizo que se enterara de que muchos de sus clientes pasaban por graves problemas económicos y que otros, los más ricos -algunos, con más de un millón de euros en sus cuentas corrientes- no hacían movimientos en sus cuentas durante años. Si les faltaba un pequeño porcentaje, ¿se darían cuenta?, pensó. Y así ideó su sistema para ir transfiriendo el dinero poco a poco, y en pequeñas cantidades, de unas cuentas a otras.

En principio, su plan era reponer el dinero que transfería de los ricos a los pobres una vez que los más necesitados hubieran saldado sus deudas. Sin embargo, en esa ida y vuelta de dinero se detectó que 1.100.000 euros nunca fueron devueltos a sus propietarios.

Los integrantes del tribunal señalaron: "Es difícil encontrar un castigo apropiado. Por una parte hay grandes pérdidas económicas. Pero por otra parte tenemos este sentimiento altruista, que hace del caso algo muy diferente a lo habitual". Los jueces bien podrían haber citado al dramaturgo alemán Bertolt Brecht: "¿Qué es el robo de un banco en comparación con fundar uno?".

La mujer se vio comprometida moralmente con los pequeños clientes del banco a los que conocía muy bien y por los que se jugó todo.
Por lo poco que se sabe públicamente, no la movieron intereses mesquinos, si no la necesidad de ayudar a los clientes acuciados por las deudas, debido a problemas ajenos a su voluntad de pago al banco.
Esto nos hace meditar sobre un tema ya muy viejo y del que poco se habla. La propiedad privada y el bien social. La propiedad de los bienes no es absoluta y ante la inmovilidad, bien pueden pensarse alternativas de movilidad para los que necesitan temporalmente el uso de dichos bienes.
Nadie quiere que le toquen su dinero, ni que le usurpen su vivienda desocupada por años, o que le posean el campo abandonado, para sembrar y cosechar.
¿Pero hasta donde tenemos derecho de mantener inmovilizados bienes que no usamos y cuyos derechos no ejercemos habitualmente, cuando hay otros ciudadanos que necesitan el uso de esos bienes para vivir y producir?
En el sistema capitalista es imposible levantar la voz defendiendo estos conceptos. En el derecho positivo, desprovisto del derecho natural, tampoco.
Que piensan al respecto?

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