martes, 9 de marzo de 2010

Alma Andrajosa o Resplandeciente?

Cuando el Alma comienza a ataviarse con hábitos malvados, egoístas o perversos, con el tiempo se convierten en vicios que la muestran andrajosa.

Sucede que el ser humano desde que despierta en la mañana y comienza a vivir el nuevo día, toma infinidad de decisiones y realiza infinidad de acciones relacionadas consigo mismo y con los demás.

Si esas acciones están motorizadas por el egoísmo, la maldad, la envidia, el odio, la pereza, la lujuria, la avaricia, etc... van manchando el Alma una y otra vez.

Todo lo que le hacemos a los demás, nos lo estamos haciendo a nosotros mismos.
Si actuamos con egoísmo, somos egoístas con nuestra necesidad de ser caritativos.
Si actuamos con odio, nos odiamos, porque no nos permitimos amar.
Si sentimos envidia por otros, es porque interiormente nos sentimos incapaces de lograr lo que anhelamos.
Si vivimos en la pereza, estamos matando las ancias de crecer que viven en nuestro interior.
Si dejamos que la lujuria nos domine, estamos perdiendo nuestra naturaleza humana trascendente.
Si nos mueve la avaricia, le estamos poniendo un precio a nuestro ser.

Cada uno de estos vicios, son los andrajos que pueden vestir el alma.

Como vestiremos nuestra Alma para presentarnos al Señor?
Como está vestida nuestra Alma hoy?
Con harapos o con finas cedas?

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